Aquella mañana se despertó tranquila. Todo había empezado. Abrió la ventana y dejó q el aire fresco de las 8 le rozara las mejillas. Sonrió. Un sol tímido se dejaba ya ver después de varios días grises y de lluvia. Intentó mirarlo directamente, como tratando de evocar aquel sol increíble q había visto tan sólo unas semanas atrás en otro planeta. Pero éste era otro sol. Éste quemaba.
Después de la ducha, bajó a desayunar. En la cocina olía a café y tostadas. Posiblemente el mejor de todos los olores, pensó. Intentamos disfrazarnos con perfumes caros, y sin embargo sólo somos capaces de recordar los verdaderos aromas q desprenden las cosas genuinas, las cosas de verdad.
Quizás era el desayuno su momento favorito del día. La luz entrando por la ventana, la frescura del día aún joven, los pájaros bailando en el cielo, tantas cosas por hacer todavía…
Salió a la calle. Miró al cielo. Ahí seguía tb. Parecía un día diferente y sin embargo tb era parecido a todos los demás. Siguió andando, cruzando las tres calles que separaban su casa del lugar hacia donde se dirigía, y pensó en lo bien q le hacían sentir muchas canciones, en cómo sonreía al leer algo bonito, en todos los lugares increíbles q había visitado, en todas las gentes q había conocido hasta ahora… Metió la mano en la chaqueta y notó la suerte en el bolsillo.
Al llegar miró hacia arriba. Ahí estaba: otra fortificación más en el reino encantado de “Los Amos de Castillos”. Pensó en eso q llaman teoría del caos. En las consecuencias del simple batido de alas de una mariposa, en la equivocación de creer q somos dioses invencibles, en la estrecha línea q separa la vida y la muerte, en el factor suerte q tanto nos persigue, en la fragilidad del orden, en la sencillez de todas las cosas, en los millones de detalles q se escapan… Tuvo un momento feliz. Recordó q cerrando los ojos podía volar mas allá de toda frontera física. Seguía teniendo poderes.
Subió las escaleras q conducían a alguna parte. Al llegar miró a su alrededor. Aquel lugar seguía transmitiendo una fuerza increíble, quizás aún más ahora. Recorrió una a una las salas, apartó trozos de recuerdos almacenados, recogió algún pedazo de un libro q en un tiempo fue su amigo, despegó fotos descoloridas de gente divertida… Al pasar por una de las salas se paró delante de un espejo ahora extravagante y singular. El espejo le saludó devolviendo su imagen. No se atrevió.
Continuó la visita. De repente sonrió y echó a correr hacia uno de los balcones. Sí, allí seguía el mar! Esa mañana se veía exactamente de la forma q a ella le gustaba: lejano, azul, brillante y plateado. Así le gustaba, con distancia.
Viendo el mar a lo lejos supo de nuevo q las casualidades no existen, q las casualidades son aleteos de mariposa disfrazados. Cerró los ojos. Ahora se sentía bien. Intentó buscar en su cabeza alguno de los peores momentos de su vida. Desde luego todo lo de aquel lugar ahora era un poco difícil de digerir, pero sólo eso: un poco difícil. Buscó y buscó, y al poco encontró uno, de los peores. Hace algunos años, aquella angustiosa sensación… oír voces q no decían nada, cruce de miradas vacías, ver caras sin rostros… Se apelotonaban las palabras escupidas por montones de bocas horribles, y entonces sobrevino aquella sensación de abandono de su propio cuerpo para convertirse en espectadora de un espectáculo macabro de “yos”. Los “yos” bailaban, se emborrachaban, reían a carcajadas histéricas... Era el gran circo de los "yos". Y entonces, de repente empezaron a perder color, nitidez, se hicieron transparentes, fantasmas…
No quiso pensar más en aquello. Se acordó q todo había acabado al cruzar la mirada con un carne-y-hueso. Había esperanza, pero ahora se aterrorizaba de nuevo con la idea de q algún día no viera a nadie más de carne y hueso y ella incluso pudiera llegar a convertirse en fantasma. Eso sí es jodido, pensó.
Volvió a entrar al lugar y se dirigió hacia la puerta de salida. Desde allí dio un último vistazo, respiró hondo, salió y cerró la puerta a su espalda. Intentó retener aquel sonido, el de un suave y seco portazo, para no olvidarlo jamás.
De vuelta a casa recordó lo q un día le dijo un buen amigo: “para volar primero hay q coger impulso y saltar con todas tus fuerzas”
Y así lo hizo.
(Sabéis q deseo tener una vida de película, así q dejaremos que continúe su guión donde no pueden faltar las brujas y las hadas, los duendes y dragones, el bueno y el malo, y un final sorprendente)
Alik
(Bueno, resumiendo, es mi manera de deciros gracias y q no os preocupéis q estoy bien y Ude tb, de verdad)
Seguidamente, paso a publicar el nuevo calendario de eventos:
1 de marzo: “Torrá” en el piso. Leña no traigáis. Ya hay.
y
19 de marzo: Cremà de la Falla “Senyor pirotècnic pot….” Con la asistencia de la Fallera Mayor “Ali-No-es-plucha-son-las-nubes-q-ploren-d’emocio-pq-han-començat les-Falles,visca -València”
:-)
:-)
1 comentario:
Creo que te voy a cambiar el nombre, lo de "Xispeta" me parece un poco retorcido.
Un beset a los dox.
Iorch.
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