“Bienvenido a Rusia”. Este era el mensaje que apareció en nuestros móviles al aterrizar en el aeropuerto de Skavsta, cerca de la ciudad de Nyköping. Y claro, teniendo en cuenta esos nombres, que es un aeropuerto militar en el que ves los F18 y MiG21 del ejercito al lado de la pista, que los alrededores del mismo parecen la puta estepa rusa y que la temperatura al aterrizar era de 3º C. pues entonces te lo crees ( que estás en Rusia) y piensas… este hijoputa ( el piloto) se ha equivocado y le gritas…ehh!! Que yo iba a Estocolmo!!!…pero no, todo está bien, este es el precio que tienes que pagar por volar con compañías de bajo coste, que aterrizas en los lugares más insospechados, pero en contra de lo que puede parecer, hace el viaje infinitamente más interesante y si no, ¿Cómo coño iba yo a conocer Nykoping?.
En fin, después de la “grata” experiencia del aterrizaje, nos buscamos un autobús(barato) que nos llevó hasta el centro de Estocolmo, para después coger un taxi(carísimo), que nos llevó hasta el muelle donde estaba atracado nuestro barco.
Resumiendo: salimos de Valencia a las 19:00 ( por cierto, sí, me tocó pagar sobrepeso con el equipaje, me pasaba 3 kilos x 8 lebros = 24 lebros antes de salir). Llegamos al hotel a las 2:00 más o menos y allí nos estaba esperando en recepción un esquimal, como lo cuento, bueno no era esquimal del todo pero su padre fijo que dormía en un iglú porque tenía una caríca de björk que cagas y te entraban ganas de frotarte la tocha contra la suya.
Una cosa más, no hagáis caso de las guías de Suecia, en ellas dice que es costumbre dar una propina del 10%, ni caso, yo le di 60 Krs al taxista y se puso más contento que un gato con un lubiano, entonces me di cuenta de la gilipollez que acababa de cometer.
Próximo capítulo “el camarote”
En fin, después de la “grata” experiencia del aterrizaje, nos buscamos un autobús(barato) que nos llevó hasta el centro de Estocolmo, para después coger un taxi(carísimo), que nos llevó hasta el muelle donde estaba atracado nuestro barco.
Resumiendo: salimos de Valencia a las 19:00 ( por cierto, sí, me tocó pagar sobrepeso con el equipaje, me pasaba 3 kilos x 8 lebros = 24 lebros antes de salir). Llegamos al hotel a las 2:00 más o menos y allí nos estaba esperando en recepción un esquimal, como lo cuento, bueno no era esquimal del todo pero su padre fijo que dormía en un iglú porque tenía una caríca de björk que cagas y te entraban ganas de frotarte la tocha contra la suya.
Una cosa más, no hagáis caso de las guías de Suecia, en ellas dice que es costumbre dar una propina del 10%, ni caso, yo le di 60 Krs al taxista y se puso más contento que un gato con un lubiano, entonces me di cuenta de la gilipollez que acababa de cometer.
Próximo capítulo “el camarote”
Iorch.
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